Nación Indígena de Kamëntsá
CULTURA
Cultura Kamëntsá
El pueblo Kamëntsá es un grupo indígena residente en el Valle de Sibundoy, Putamayo.
La sociedad se organiza en torno a un estilo de vida comunitario, enfatizando la cooperación y la ayuda mutua dentro de la comunidad.
Sus creencias espirituales están arraigadas en el carácter sagrado de la naturaleza y la interconexión de todos los seres vivos.
Su reverencia por la naturaleza y la comunidad se refleja en la agricultura y el chamanismo. El cultivo de maíz, papa y hojas de coca tiene un significado espiritual.
La vestimenta tradicional incluye prendas tejidas de colores brillantes adornadas con patrones y símbolos que reflejan su identidad cultural y creencias espirituales.
Reverencia por la naturaleza y la comunidad
Las ceremonias de medicina ancestral y la sabiduría tradicional se transmiten de generación en generación de linajes familiares. Hombres y mujeres de medicina tradicional trabajan con Ayahuasca y más de 350 plantas medicinales, muchas de ellas exclusivas del territorio, elaborando baños y tónicos con remedios herbales para las necesidades individuales. Los estudios antropológicos y geográficos rastrean el uso de la Ayahuasca desde hace más de 10.000 años.
Los chamanes sirven como líderes espirituales y sanadores que se comunican con el mundo de los espíritus para mantener el equilibrio en el mundo natural.
A través de rituales y ceremonias, honran a sus antepasados, celebran los ciclos de la vida y ofrecen homenajes al mundo espiritual.
TIERRA
Historia del Valle de Sibundoy
VALLE DE SIBUNDOY, AMAZONIA COLOMBIANA
El valle de Sibundoy, un área de 46.938 hectáreas (116.000 acres) en el departamento de Alto Putumayo, fue históricamente una gran zona de humedales donde solo vivían las comunidades indígenas Inga y Kamëntsá.
En esa época, la zona contaba con muchas especies de flora y fauna, mientras que los indígenas utilizaban conocimientos ancestrales para subsistir a base de policultivos (diversos cultivos cultivados en un mismo sitio), también conocidos como “chagras”. Era un territorio donde el hombre y los recursos naturales convivían sin causar mayores daños.
A finales del siglo XIX, la llegada de colonos introdujo la actividad ganadera en las zonas de las laderas, e inició asentamientos humanos e intensos canales de drenaje hacia los humedales para ampliar la frontera agrícola para monocultivos y ganadería.
Este proceso de colonización incluyó la redefinición y apropiación de tierras pertenecientes a los Resguardos (sitios de conservación bajo gestión indígena), donde la resistencia fue respondida con esclavización o violencia (quema de asentamientos, muerte).
La presión de los mercados internacionales por los recursos naturales de la zona, como la quinina y el caucho, también obligó a la población indígena a realizar trabajos forzados y genocidio (a través del sarampión y la gripe, a los que los indígenas no tenían resistencia debido a su relativo aislamiento previo).
Durante esta época de nuevos sistemas productivos, conversión al cristianismo e introducción de bienes, muchos grupos indígenas lucharon por mantener su identidad y relación con el territorio. Muchos elementos culturales como su lengua y su historia oral sobrevivieron.
Según un estudio de suelos realizado por el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC), si bien el 30% del área fue sancionada para conservación y protección ambiental, la realidad es que el 3% permanece de bosques, humedales y áreas seminaturales.
Nieto Escalante, director del IGAC, sugiere que “los usos agrícolas, ganaderos y de conservación tienen cabida, pero de forma proporcionada y controlada. Los Inga y Kamëntsá son los más cercanos al uso agrícola adecuado de la tierra. Estas comunidades aún aplican prácticas ancestrales como las chagras, que generan autoconsumo a través de policultivos. Al trabajar con comunidades indígenas que conocen la salud de su suelo, las autoridades pueden desarrollar una hoja de ruta hacia la seguridad alimentaria y la mitigación de los riesgos ambientales”.
En términos generales, la mayoría de los pueblos amazónicos han desarrollado modelos de manejo forestal que permiten su persistencia sin transformar radicalmente la cobertura vegetal. Los pueblos indígenas han desarrollado una visión holística sobre el medio ambiente; se ven a sí mismos como parte intrínseca de su territorio, que en muchos casos es percibido como un organismo vivo sagrado que merece respeto. Su relación con la naturaleza está mediada por conceptos simbólicos sobre el uso moderado de recursos y el equilibrio energético.
Hoy, instituciones como el Banco Mundial exigen la participación de las poblaciones locales en proyectos relacionados con la gestión de recursos. La OIOC reconoce nuestros derechos y la oportunidad de trabajar por un desarrollo autónomo en relación con nuestras tierras, valores y cultura sagrados. Nuestros planes se organizan en torno a la recuperación ambiental, las necesidades comunitarias y el uso equilibrado de la naturaleza y la continuidad del bosque.
Fuentes:
La ganadería devora los tesoros ambientales del Valle de Sibundoy. Instituto Geográfico Agustín Codazzi. https://antiguo.igac.gov.co/es/noticias/la-ganaderia-se-ha-devorado-gran-parte-de-los-tesoros-ambientales-del-valle-del-sibundoy
Plan de Manejo Ambiental de los Humedales del Valle de Sibundoy. Corporación para el Desarrollo Sostenible de la Amazonia Sur. https://www.corpoamazonia.gov.co/images/Publicaciones/30%202006_PMA_Humedales_Valle_Sibundoy/2006_PMA_humedales_Valle_de_sibundoy.pdf
Resguardos Indígenas de Colombia: su contribución a la conservación y uso sostenible de los bosques. Comité Holandés de la Unión Mundial para la Naturaleza, UICN. https://portals.iucn.org/library/sites/library/files/documents/2003-017.pdf
¹ El Valle de Sibundoy cuenta actualmente con 18 remanentes de humedales que por su ubicación geográfica y fauna son de importancia internacional. Es un valle interandino, zona de transición hacia la Amazonía con alta biodiversidad en flora y fauna, cubierto de pastizales, páramos de frailejones, matorrales, espejos de agua y extensas turberas. En esta zona aún se encuentran especies de aves amenazadas y transcontinentales como el pato canadiense (Anas discors), que sirven como sitios temporales de descanso o puntos de llegada durante el paso por la temporada de invierno en los países de salida. (Plan de Manejo Ambiental de los Humedales del Valle de Sibundoy. Corporación para el Desarrollo Sostenible de la Amazonía Sur. https://www.corpoamazonia.gov.co/images/Publicaciones/30%202006_PMA_Humedales_Valle_Sibundoy/2006_PMA_humedales_Valle_de_sibundoy.pdf 2006)
² [Ayahuasca y…] la acción combinada de las dos plantas ha sido comprendida empíricamente por las poblaciones indígenas amazónicas durante al menos 3000 años. Originalmente utilizada por los chamanes amazónicos en ceremonias rituales y por curanderos populares para una variedad de dolencias psicosomáticas, el interés mundial por la ayahuasca ha ido en aumento. (Ayahuasca: efectos psicológicos y fisiológicos, farmacología y posibles usos en la adicción y las enfermedades mentales. Neurofarmacología actual, 2019. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6343205/#r5)
³ Un estudio del Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC) reveló una importante desaparición de zonas de bosques, humedales y ciénagas por la actividad ganadera. De las 9.482,5 hectáreas estudiadas, el 83,8% está conformado por pastizales para la producción ganadera. Las áreas de conservación ambiental se han reducido a solo el 3%, cuando deberían ser el 30%. (La ganadería devora tesoros ambientales del valle del Sibundoy. Instituto Geográfico Agustín Codazzi. https://antiguo.igac.gov.co/es/noticias/la-ganaderia-se-ha-devorado-gran-parte-de-los-tesoros-ambientales-del-valle-del-sibundoy)